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Los adventistas han identificado el fin de los 490 años proféticos (Dan. 9) con la muerte de Esteban en Hechos 7. ¿Por qué su muerte fue tan importante?
Este es un caso en el que examinar la manera en la que el libro está organizado —es decir, cómo se desarrolla la trama del libro de Hechos—, es útil para interpretar un segmento particular de su narrativa.
1. La posición de la narrativa en Hechos: La historia de la iglesia registrada en el libro de los Hechos comienza con el encuentro de Jesús con sus discípulos en Jerusalén y termina en la ciudad de Roma, donde Pablo predica desde la prisión. La proclamación del evangelio se desplazó desde Jerusalén hasta la capital del Imperio Romano.
Desde un punto de vista, el desarrollo de la historia se resume en Hechos 1:8, donde Jesús manda a sus discípulos que sean sus testigos en Jerusalén, en Judea, en Samaria y hasta el fin de la Tierra. Los discípulos se movieron geográficamente desde Jerusalén (Hech. 2:42-6:7), a través de Judea y Samaria (Hech. 6:8-9:31), pasando por Palestina y Siria (Hech. 9:32-12:24), atravesando la región este del Imperio Romano (Hech. 12:25-19:20), hasta llegar a Roma (Hech. 19:21-28:31). El discurso de Esteban y su martirio fue el puntapié inicial para la misión a los no judíos (Hech. 7:1-8:1). Están localizados en un punto significativo de la narrativa.
2. El propósito del discurso: El discurso de Esteban contiene una acusación contra los líderes judíos y sus partidarios que no reconocían a Jesús como el Mesías y que se oponían activamente a él (Hech. 7:1-53). Aunque muchos de los judíos y sacerdotes en Jerusalén llegaron a ser cristianos (Hech. 6:7), existía una fuerte oposición a los discípulos por parte de los líderes judíos, particularmente desde el Sanedrín. El discurso de Esteban traza la historia de Israel desde el llamado a Abramhasta los tiempos de Moisés, para poder mostrar la manera como Dios trató con Israel y la oposición del pueblo hacia Moisés, quien al igual que Jesús fue el instrumento de liberación. Luego, Esteban se mueve hacia el tema del tabernáculo y hace una importante declaración que está totalmente desarrollada en Hebreos: El templo israelita no es indispensable para la adoración a Dios.
De manera interesante, Esteban no llama a los líderes judíos al arrepentimiento y la conversión, tal como fue hecho en los discursos previos de Hechos (2:38, 39; 3:10); simplemente los acusa. Los líderes fueron condenados por el Señor, a través de Esteban.
3. El impacto del discurso y la muerte de Esteban: El discurso y la muerte de Esteban desempeñan un importante papel en el desarrollo de la misión cristiana, al forzarlos a ir más allá de los límites de Jerusalén y Judea, hasta el fin del mundo. El ministerio de Esteban impulsó la universalización de la fe israelita, tal como encuentra su cumplimiento en la venida de Jesús como el Mesías prometido. Daniel había profetizado que el pacto de fe se extendería más allá de las fronteras de Israel. Esto es precisamente lo que encontramos después de la muerte de Esteban.
Primero, su muerte provocó la dispersión de la iglesia por medio de la persecución, forzando a los apóstoles a ir al mundo no judío para preservar su vida. Fueron forzados por las circunstancias a dejar Jerusalén.
Segundo, el mensaje de salvación a través del Mesías judío alcanzó una nueva audiencia en Samaria y el resto del mundo, deseosa de oír el evangelio. Bajo el liderazgo de los apóstoles judeocristianos y de los creyentes, se cumplió el plan original de Dios para bendecira todas las naciones de la Tierra a través de Abram (Gén. 12:1-3).
Tercero, con la conversión de Pablo y la misión que Dios le encomendó, Dios mismo asume el papel protagónico de dirigir a la iglesia hacia una misión universal. Esta situación se da justo en la bisagra histórica creada por el discurso y la muerte de Esteban. El ministerio de Esteban no cerró la puerta de la salvación a los judíos, sino que la abrió al influjo de gentiles que deseaban experimentar la salvación a través de la fe en Cristo, el Mesías. El plan de Dios progresó tal como lo había planeado, y la profecía se cumplió.
Este episodio debe reafirmar nuestra convicción de que el plan redentivo de Dios para la raza humana alcanzará su propósito trazado divinamente a través de Cristo.