Ester 9:11-16

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Escrito por Ángel Manuel Rodríguez

Siempre he tenido dificultades para entender por qué los judíos, bajo el liderazgo de Ester y Mardoqueo, asesinaron a tantas personas. Parecen haber estado dominados por un espíritu de odio y venganza. ¿Estoy leyendo la historia de forma adecuada? ¡Espero que no sea así!

Como el asunto del contenido moral del libro de Ester por siglos ha inquietado a los eruditos no pretendo ser capaz de resolver el problema en esta sección. Con la esperanza de que pueda ofrecer un aporte a la comprensión del asunto enfatizaré algunos aspectos que sugieren que la dificultad no es tan seria como parece.

1. Los judíos no odiaban a los gentiles: La matanza indiscriminada podría indicar que los judíos odiaban a los gentiles, pero éste no es precisamente el caso. Se describe a quienes murieron como los enemigos de los judíos. Estos no consideraban a los gentiles como enemigos naturales que debían exterminar. Podría decirse que, en general, hubo una relación pacífica entre estos dos grupos durante el período persa.

2. Mardoqueo buscó una solución que no implicara derramamiento de sangre: Cuando se dio cuenta de las intenciones de Amán, Mardoqueo habló con Ester para que intentara la liberación por medio de la intervención del Rey. Intentó una solución pacífica para una situación que amenazaba la vida de los judíos. Mardoqueo no estaba para nada interesado en destruir a los gentiles (4:8).

3. Ester no demandó la vida de sus enemigos: Durante la audiencia, Ester pidió que el Rey protegiera su vida y la de su pueblo (7:3). Sólo esperaba que el Rey anulara el decreto de Amán (8:5). No estaba buscando una licencia para asesinar gentiles.

4. Los primeros dos decretos sólo permitían la defensa propia: Los judíos fueron capacitados legalmente para defenderse de los que desearan perjudicarlos o de quienes realmente los atacaran (8:11; 9:2). En el libro de Ester no existe evidencia que sugiera que los judíos tomaron la iniciativa y comenzaron una matanza indiscriminada de gentiles.

5. Dios comenzó a derrotar a los gentiles antes de que estos atacaran militarmente: De acuerdo con Ester 8:17, Dios hizo que los gentiles temieran a los judíos hasta el punto de que muchos gentiles se convirtieron en judíos. Ésa fue la solución pacífica de Dios a la amenaza contra su pueblo. El derramamiento de sangre era absolutamente innecesario. Desgraciadamente, muchos mantuvieron vivo el espíritu de odio que Amán tenía hacia los judíos.

6. Los judíos demostraron moderación durante la batalla: El libro informa varias veces que los judíos no saquearon a los gentiles luego de derrotarlos (9:10, 15). Eliminaron sólo a los enemigos que atacaron deliberadamente(9:2, 5, 10, 16). Cierto erudito sugirió que Ester 8:11 debiera ser traducido: «Por medio de las cartas el Rey permitió que los judíos se reunieran para defenderse, destruir, asesinar y saquear a sus atacantes, sus esposas y sus niños… sea cual fuere el lugar donde se produzca el ataque». Los judíos no asesinaron a las esposas y los hijos de sus enemigos. El factor venganza está ausente de la narrativa.

7. La base legal para un segundo día de conflicto: Aparentemente, Ester fue informada de que los enemigos de los judíos estaban planeando un segundo día de ataque en Susa. Intentaban ir más allá de lo que el decreto de Amán les permitía. Entonces Ester decidió actuar dentro del ámbito legal persa, y le pidió al Rey que extendiera el plazo del decreto un día más. La autorización se limitó a permitir la defensa propia, aunque sólo en la ciudad de Susa. Si Ester hubiera actuado con un espíritu de venganza, habría incluido todas las ciudades del imperio en el decreto.

8. Ester pidió que los hijos de Amán sean colgados, como un factor disuasivo: El hecho de que Ester haya hecho este pedido, junto con la extensión del decreto, sugiere que utilizó la horca para desanimar a quienes todavía seguían pensando en un ataque. Hay que recordar que los hijos de Amán ya habían muerto durante el primer ataque contra los judíos. Sus cadáveres fueron colgados durante el segundo día. En otras palabras, Ester estaba demostrando su preocupación por la vida humana y su deseo de prevenir un mayor derramamiento de sangre.

Cuando se visualizan estos elementos en su conjunto, puede apreciarse que el libro de Ester no promueve el odio y la venganza contra los gentiles. Los judíos se defendieron con el respaldo total del sistema legal persa, y Dios les dio la victoria sobre sus enemigos (9:1). Dios ha utilizado diferentes metodologías para liberar a su pueblo de quienes desean destruirlo, pero en estos últimos días envió a su Hijo, y por medio de él las fuerzas del mal fueron derrotadas de una vez y para siempre. Las naciones se unirán una vez más contra el pueblo de Dios, pero en esa oportunidad se levantará Miguel para luchar por su pueblo (Apoc. 17:14). Esperamos expectantes la exterminación definitiva del pecado del universo.