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Escrito por Ángel Manuel Rodríguez
¿Por qué Jesús pidió a sus discípulos que compraran espadas? (Luc. 22:35-38)
Las palabras de Jesús a sus discípulos suenan un poco extrañas, y han sido interpretadas de diversas maneras. Ofreceré un breve resumen del pasaje, una discusión de varias posturas, y una lectura específica del texto.
1. Leamos el texto: Jesús está alertando a sus discípulos diciéndoles que, al cumplir su misión, las cosas no serán iguales que antes. Cuando envío a los setenta (Luc. 9:1-6), Jesús les dijo que no hicieran preparativos especiales (los envió «sin monedero, ni bolsa, ni sandalias» [Luc. 22:35, NVI]), porque no enfrentarían mucha oposición y nada les faltaría. Pero la situación había cambiado. A partir de ese momento, los discípulos enfrentarían oposición y persecución, y necesitaban estar listos para ello. Debían tomar un monedero y una bolsa, y si no tenían espada, tenían que comprar una. Para demostrar que la situación era diferente, Jesús habló de lo que él experimentaría. Sería tratado como un transgresor (de la ley), pero esto sería el cumplimiento de una profecía mesiánica (Isa. 53:12). Este es uno de los momentos en el que Jesús anuncia su muerte y le otorga un significado redentor sobre la base de Isaías 53. Para salvarlos, él sufriría el destino de los malos siendo sustituto de ellos.
Los discípulos parecen no entender el punto, debido a su preocupación con las espadas. Le preguntan si dos espadas serían suficientes para protegerse. La respuesta de Jesús: ¡Basta!
2. Interpretaciones literales: Algunos hallan en este pasaje indicaciones de que de alguna manera el Jesús histórico estaba dispuesto a identificarse con los objetivos de los zelotes en su oposición a los romanos. Ven en el llamado a portar espadas un llamado a atacarlos. Esta interpretación es difícil de sostener, y la mayoría de los comentaristas la ha rechazado. Otros toman literalmente sus palabras, sosteniendo que después de la muerte de Cristo necesitarían estar mejor equipados para la misión. Tendrían que proveer para sus necesidades y llevar espadas, porque viajar por el Imperio Romano sería peligroso y, en ocasiones, tendrían que defenderse. El contexto sugiere que Jesús los está alertando de que enfrentarían oposición por causa del evangelio.
La referencia de Jesús a su propia experiencia ilustra la manera en que sus discípulos debían enfrentar a sus enemigos: no había violencia en él. En efecto, cuando fue arrestado, Pedro usó una espada para defenderlo, pero Jesús lo reprendió (Luc. 22:49-51). Una espada literal no podía ser parte del equipo de los discípulos a la hora de enfrentar la oposición. De una manera más alegórica, las dos palabras han sido interpretadas en la historia cristiana como los poderes temporales y espirituales de la iglesia. Esta perspectiva no se basa en el texto sino más bien en la historia de la Iglesia (la unión de la Iglesia y el Estado).
3. Una interpretación figurada: Sobre la base del hecho que las palabras de Jesús son ilustradas por su propia experiencia, es mejor interpretar sus palabras de manera figurada. Jesús está pidiendo a los discípulos que se preparen, porque está llegando un tiempo cuando ellos, al igual que él, enfrentarían una feroz oposición. Necesitan prepararse lo mejor posible para enfrentar al enemigo.
Esto es descrito mediante el uso del lenguaje de un soldado. Los buenos soldados se ocupan de su propia alimentación y defensa. Los discípulos necesitarían estar plenamente preparados para su conflicto espiritual. Necesitarían inclusive «una espada», porque participarían de una batalla espiritual mortal (véase Efe. 6:10-20).
Los discípulos interpretaron las palabras de Jesús en forma literal: «¿Está diciendo que cada uno de nosotros debería tener una espada? Podría ser muy caro. ¿Cuántas espadas deberíamos tener?» Tenían dos: «Mira, Señor […], aquí hay dos espadas» (Luc. 22:38; NVI).
Jesús, un tanto frustrado, les responde: «¡Basta!» (es decir, no digan más sinsentidos [cf. Deut. 3:26; 1 Rey. 19:4]). La frase es explicada en Luc. 22:51: «Basta ya, dejad», rechazando así el uso de espadas físicas. Jesús usa un lenguaje literal para referirse a realidades espirituales en el conflicto contra los poderes espirituales.
Necesitamos estar plenamente equipados: necesitamos «una espada».