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Escrito por Ángel Manuel Rodríguez
¿Qué significa «carbones encendidos tú amontonas sobre su cabeza» (Prov. 25:22, RV2015)?
¡Parece doloroso! Voy a citar todo el proverbio: «Si tu enemigo tiene hambre dale de comer pan; y si tiene sed dale de beber agua; pues así carbones encendidos tú amontonas sobre su cabeza, y el Señor te recompensará» (vers. 21, 22, RV2015). Ahora podemos identificar la cuestión real: colocar carbones encendidos en la cabeza de otra persona la lastima, ¡pero el Señor nos recompensa por ello!
El proverbio está formado por dos secciones: el dicho en sí, que presenta un desafío pero no es difícil de entender (vers. 21); y la razón del dicho, que es difícil de comprender (vers. 22). Al examinar ambas secciones veremos si logramos apagar los carbones encendidos.
1. Usted y su enemigo: No se describe la conducta del enemigo, pero se asume que ha dañado a otra persona, por lo general, vulnerable, ya sea por cuestiones sociales o financieras. La ausencia de justicia crea en los seres humanos un deseo de venganza, y la oportunidad se presenta con un poder casi abrumador. En los tiempos antiguos, la venganza tribal era extremadamente cruel, y solo servía para perpetuar el ciclo de reyertas familiares. El proverbio procura romper ese ciclo al dejar de lado la venganza y abrazar la misericordia y la sincera preocupación por el enemigo. El caso es hipotético («Si tu…»), dado que tenemos que decidir cómo tratar a nuestros enemigos antes de una situación específica; de lo contrario, es más fácil que prevalezca el espíritu de venganza. El dicho menciona dos de las necesidades humanas fundamentales: el alimento y el agua. Asume que los enemigos se encuentran en una condición en la que ya experimentan las punzadas del hambre y la angustia de la sed. La vida comienza a esfumárseles.
El proverbio desafía a los sabios para que no apliquen el principio de retribución, sino que muestren compasión al ofrecer pan y agua. El texto hebreo es un poco más enfático, dado que indica que acaso nuestro enemigo ya está demasiado débil o es demasiado orgulloso para aceptar la oferta de amor. Los dos verbos podrían ser traducidos como «alimentar, forzar a comer», y «obligar a beber». Es una enseñanza que Jesús apoya plenamente (Mat. 5:43-48).
2. Carbones encendidos. El proverbio no está diciendo nada nuevo. En Israel, Dios llegó a ser el vengador de su pueblo y asumió la responsabilidad de castigar a los enemigos. Ordenó a su pueblo que rechazara la venganza (Lev. 19:17, 18), y el proverbio podría haber apelado a esto para justificar el dicho. Pero como es común en Proverbios, los sabios buscan razones prácticas y aun racionales para justificar sus dichos. En este caso, no conocemos el significado de la expresión idiomática o la práctica detrás de la frase «Carbones encendidos tú amontonas sobre su cabeza».
Los estudiosos han ofrecido varias explicaciones posibles, entre ellas un acto egipcio de penitencia que requería colocarse carbones encendidos en la cabeza. Pero los estudiosos no consideran que el texto ayude, por su fecha reciente (c. 300 a.C.), y porque en él, las personas colocan carbones encendidos sobre su propia cabeza.
Por ello, tenemos que tratar con lo que sabemos, y avanzar a partir de allí. Sabemos que los carbones encendidos sobre un ser humano causan dolor (Prov. 6:27, 28) y son desagradables. En el texto, tratar a los enemigos como amigos es tan doloroso para ellos –es decir, tan emocional y socialmente doloroso– como colocarse carbones encendidos en la cabeza. Quema los egos inflados de una manera visible para la sociedad. Esto puede llevar al arrepentimiento, pero ese no parece ser el énfasis del dicho. El enemigo es derrotado mediante un acto de bondad (Rom. 12:20). Esto lleva a la segunda razón para seguir el dicho: «El Señor te recompensará». Esa es una bendición especial.
No estoy completamente seguro de que logré responder su pregunta, pero espero que esto sea útil.