Salmos 89:10

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¿Quién es la Rahab mencionada en Salmos 89:10?
No confundas el nombre de la mujer de Jericó (Josué 2) con el mismo término Español de este salmo. Los dos nombre se deletrean diferente en Hebreo (Rāchāb para la mujer y rahab en el salmo). Rahab es empleado varias veces en el Antiguo Testamento para designar un poder malvado de caos al igual que un país en particular. 1. Identidad de Rahab: El significado del sustantivo Rahab no es cierto. Se deriva del verbo hebreo rāhab, cuyo significado también es incierto. Generalmente se traduce como “tomar por asalto, atacar”, o “ser orgulloso, arrogante”. El sustantivo quizá pueda ser traducido como “el arrogante/orgulloso/violento”. En tes salmo, describe una figura demoníaca derrotada por Dios en tiempos primordiales. Las religiones del Antiguo Cercano Oriente tenían mitos que describían una guerra primordial entre los dioses del caos y el creador de los dioses. Sin embargo, en ninguno de estos mitos se utiliza el término rahab o sus equivalentes lingüísticos para designar a estos enemigos. Además, en el Antiguo Testamento Rahab no es una deidad. Este poder está estrechamente asociado al dragón (Isa. 51:9) y a la “serpiente tortuosa” (Job 26:13), una frase utilizada para describir al Leviatán (Isa. 27:1). Muy probablemente, Rahab y Leviatán designen al mismo poder demoníaco. 2. Rahab batallador: Salmos 89:6-15 es un himno de adoración a Dios por su dominio cósmico. Él es adorado particularmente por “aplastaste a Rahab como a un cadáver” (vers. 10, NVI). Job 265-13 es otro himno de adoración por el poder cósmico de Dios. Es descripto allí como el Señor cósmico que tiene dominio sobre el reino de los muertos (vers. 5 y 6), sobre los cielos, la tierra y las nubes (vers. 7-9), y sobre toda la estructura del mundo (vers. 10 y 11). El mismo interés cósmico se encuentra en el versículo 12, con su referencia a Rahab: “Con un soplo suyo se despejan los cielos; con su poder Dios agita el mar. Con su sabiduría descuartizó a Rahab” (NVI). El Señor, no el Marduk babilónico o el Baal cananita, enfrentó a Rahab y salió victorioso. Pero este poder demoníaco no actúa solo. Job 9:13 habla acerca de “Rahab y sus secuaces” (NVI) (ver Sal. 40:4; el plural rehābîm, “los soberbios”). El participio plural hebreo traducido como “secuaces” (cāzar) significa “los que ayudan o apoyan a Rahab”, y en el contexto de la guerra designa a las tropas de apoyo (ver Apoc. 12:7). Dado que los pasajes bíblicos no declaran explícitamente el momento en que la batalla tomó lugar, sería incorrecto leer en el texto la idea común en el Antiguo Cercano Oriente de que la batalla entre los dioses ocurrió durante la creación. Todo lo que podemos decir es que el conflicto entre Dios y Rahab sucedió en tiempos primordiales. El relato de la creación bíblica registrado en Génesis 1 no contiene ni siquiera una alusión a la creación por medio del conflicto. La serpiente ya activa en el jardín del Edén sugiere que el conflicto había sucedido antes de la semana de la creación. 3. La derrota de Rahab: La asociación de Rahab con las aguas o el mar confirma el hecho de que pertenece a las esfera del mal. El mar es con frecuencia un símbolo de las fuerzas de opresión y muerte (por ejemplo, Daniel 7:3; Apoc. 13:1), y Rahab parece personificar a todos ellos. El Señor es el único que podía derrotar a este poder, y lo hizo. Él “descuartizó a Rahab” (del hebreo māchats, “destrozar”; Job 26:12, NVI; ver Isa. 51:9), “aplastó a Rahab” (Sal. 89:10, NVI) y “dispersó” a sus enemigos, los partidarios de Rahab (vers. 10, NVI). Éste es el lenguaje de victoria total durante la batalla primordial. 4. Rahab está activo en la historia. Aunque el lenguaje de derrota pueda sugerir que Rahab fue exterminado, éste no es el caso. Este poder maléfico vuelve a representar la batalla original en la historia del pueblo de Dios. El nombre es utilizado de una manera peyorativa para designar a Egipto como no confiable (Isa. 30:7; ver Sal. 30:7). Isaías 51:9 utiliza el lenguaje de la batalla primordial para describir el conflicto entre Dios y los ejércitos egipcios durante el éxodo israelita de Egipto. Dios derrotó a Rahab durante la redención de su pueblo del poder opresivo y arrogante de Egipto similar al de Rahab. La figura de Rahab nos brinda información importante con respecto al origen del conflicto cósmico y su expresión en nuestro mundo. La descripción del conflicto al igual que el fuerte lenguaje utilizado para describir la victoria de Dios debería dar consuelo a los que participan del gran conflicto.